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Hoy desperte de nuevo y al abrir los ojos la duda comenzó a corroer... ¿a dónde voy?

Sentí un vacío inmenso y la sospecha de que nada se ha movido, y al verme al espejo vuelvo a aparecer, callado, inquieto, incrédulo.

Camino sin rumbo y la corriente de la vida me encuentra, no sé para dónde ir. Y respiro. Veo pasar el tiempo y no participo de él.

Al tiempo encuentro una voz, una presencia, alguien que me cambiará, por fin me dirán a dónde seguir, por qué seguir, y acepto su cobijo.

Me obligo a seguir un camino que no conozco y no sospecho, voy a ciegas y sé que mi nuevo guía encabeza mi sueños... encontré mi gurú.

Pero un día, después del tiempo caminado, la duda vuelve aqui, y comienza de nuevo mi tormento... ¿adónde voy?

Entonces la insatisfacción crece y la culpa me justifica acechando a quien llamé maestro, seguramente él ya lo sabía y no tomo la previsión de conocerme a fondo... es su culpa.

Vuelvo a ser víctima de las circunstancias ajenas, porque el mundo no me comprende y no me da la solución.

Ignoro la voz oculta que llena de razón mis silencios, no la escucho, es ajena porque suena como yo. No me satisface.

Y vuelvo a dormir... Una noche en sueños se presenta una luz, una voz, una imagen y repaso la memoria para recordar, para identificar.

Esa voz me llena de calma, de buena intención... Entonces ubico el lenguaje y escucho atento...

"Sígueme, pero busca tu propio camino... No soy respuesta, no soy recuerdo, no soy tu guía... Yo Soy Tu Puerta... ¿Aceptas avanzar?"

Entonces todos los rostros, todas las enseñanzas, todos mis aprendizajes, todas las voces, todas las experiencias, todos los guías, todos los maestros, todas las luces, Todo el endendimiento se hizo UNO.

Y el sueño de la sabiduria se realizó en mi única, perfecta y completa Luz.

Hoy desperté de nuevo... en la Gracia Divina de dar gracias a todos los Seres Maestros de mi realidad.

Y lo mejor es que recuerdo la esencia de mi crecimiento:

"Sígueme, pero busca tu propio camino..."

Miguel...

Hace muchos soles la mirada del hombre volteó hacia el horizonte; eran momentos de incertidumbre y agobio.

Las dudas sembraban temores, desconcierto, ira y sufrimiento, pero en esa inquietud hubo la oportunidad de cerrar los ojos y clamar por silencio...

Entonces el azul del cielo resplandeció mucho más, las estrellas iluminaban de día y de noche, y su manto dejo brillar un relámpago  de quietud.

El Sol creció y sus rayos emanaban valor, las Almas sonrieron y sintieron la seguridad de su Luz.

Su Presencia triunfó dejando huella de Amor; y al abrir los ojos cada ser entendió su canto, comprendió su mensaje y en su lengua lo llamó... "Miguel".

Hoy vuelve a entonar su llamado, la huella que profundamente yace en tu corazón, él es la puerta de solución insospechada.

Solo pide su compañía y todo dará paso a la fuerza perfecta de la Esencia Universal... Voluntad Divina que como don del Alma te pertenece y prevalece por ti.

Espada reluciente de llamas virtuosas que limpian eternamente toda existencia. Trae un mensaje del amor maternal.

Abre tus ojos, mira al cielo y llámale, Jerarca de Amor, como Arcángel llegará inmediato porque tu canto es la verdadera Fe.

Todo ahora esta bien...

Paz

Una sola sílaba encierra el anhelo histórico del hombre, a veces pareciera inalcanzable y otras tantas inconcebible; tan fácil de pronunciar y tan difícil como la visión momentanea lo permita.

La Paz no es un episodio entre conflictos, ni un sueño eternamente prometido; la Paz es la estabilidad que comienza desde dentro, la paz es acción y no rebelión para conseguirla.

Es un momento que se extiende en cada parpadeo, en cada aliento, es consecución de hechos sin favorecer a unos, más unificando a todos.

La Paz existe sin dudarlo, pero la ignoramos cuando controlamos. Es elemento de creación, de inspiración, es el valor de guerrero sin armas, es la fuerza del Alma creciente.

Es el Ángel que guía hoy tu deseo despierto de volar, es la fuerza de los corazones que oran con gratitud, es la mirada que parte de tu centro y refleja el azul del cielo soñado.

Paz es un ser que vive en la sonrisa, en la voluntad, en la unificación, en el reconocimiento de su mera existencia, no como anhelo, sino como el eco que resuena en tu interno hoy.

Valiente observa el espejo y humilde ante ese reflejo pregunta: ¿Qué hago para conservarla, para transmitirla, para generarla...? ¿Cuánto tiempo más me tomaré para comprender y emprender?

Piensa en ella, sueña en ella, respira, siente, actúa, realiza tus pasos en su frecuencia y repite una y otra vez:

"Yo Soy Paz, Yo Soy tu Paz, Yo Soy Paz. Paz dentro de mi, Paz dentro de ti, Paz hoy, ahora, en este momento."

AMEN